La simulación 3D en computación implica necesariamente un ejercicio de construcción/de-construcción. Independientemente de las distintas herramientas o artefactos de que el artista-investigador ha dispuesto en las distintas épocas, este ha sido siempre uno de los mecanismos de adquisición de conocimiento y análisis crítico. El análisis del conjunto, la división en partes, el análisis individual, luego la generación del modelo, su síntesis y finalmente la reproducción para el estudio de situaciones conocidas o hipotéticas.
La acumulación y transmisión del conocimiento ha cambiado dramáticamente con el desarrollo de los medios informáticos. La circulación de información, que a su vez es sinónimo de poder real, se concentra cada vez más en una porción minoritaria de los habitantes del mundo. Por otro lado, el uso de la navegación tridimensional, al copiar nuestros patrones físicos, habilita útiles formas virtuales para conocer el mundo o para compartir información.
Así como en el plano literario la metáfora es uno de los más poderosos elementos de comunicación y de transmisión de cultura e ideas, puede considerarse también que una simulación modelística puede representar también una metáfora que nos permita reflexionar sobre la realidad.
El modelo 3D de la “Ciudad Anarquista Americana”, más allá de un ejercicio estético, plantea una postura reflexiva acerca de la necesidad de ensayar utopías regionales o locales en un mundo en donde abrumadores medios técnico-económicos vehiculizan la imposición de un único sistema de valores y al mismo tiempo de control. Dichas utopías regionales o locales deberían actuar como células biológicas que aprendan las distintas estrategias de los virus para evitar la acción de los “anticuerpos” del sistema. A su vez, los mensajes de comunicación entre las distintas utopías regionales deberán ayudar a constituir así un tejido vivo.
Ricardo Pons, 2009